EDITORIAL
Libertad sindical, ética y sentido de lo colectivo
Cerramos el año con sentimientos encontrados: con nostalgia por las pérdidas, por el recuerdo de los enormes costos humanos, familiares y económicos que nuestro país y, por cierto, nuestro gremio, debimos asumir con motivo de la feroz pandemia que golpeó al mundo. Pero también, con la alegría que nos provoca ser parte de la reconstrucción, del inicio de una etapa que, confiamos, será positiva para todos aquellos que, desde nuestro trabajo, hacemos posible que Chile y sus regiones sigan conectadas con el mundo, sin importar cuán difíciles sean las condiciones.
En este contexto, nos pareció relevante reflexionar sobre la importancia de sindicalizarnos, de movilizarnos cuando es necesario y defender lo que hemos conquistado, de ser parte de una organización que invita, con luces y sombras, a adherir no solo a un listado de nombres, sino a una cultura, a una ética que nos impulsa a poner el colectivo por encima del individuo.
Como en otros momentos de nuestra historia, hoy enfrentamos una situación crucial, que nos invita a tener presente dos máximas irrefutables: todo lo que tenemos como gremio, lo hemos construido con esfuerzo y movilización. Y todo aquello que hemos conquistado con décadas de trabajo y organización, debemos defenderlo con unidad. La unidad es nuestra principal fortaleza.
Para que el colectivo se fortalezca, debemos ser capaces de construir y reconstruir nuestro sindicato todos los días, desde la participación permanente, asumiendo que somos herederos de una historia riquísima, que a lo largo de 60 años —primero, bajo el alero del Círculo de Pilotos de Chile— ha sido capaz de representar los sueños de generaciones de pilotos comerciales. Este sindicato encarna los principios de autonomía y libertad sindical que inspiraron a nuestros fundadores.
Es necesario recordar la relevancia de mantenernos unidos y de ser parte de un sindicato histórico, no solo pensando en quienes somos parte de Latam —razón más que suficiente, tal como lo demuestra nuestra historia—, sino también para marcar una diferencia drástica con iniciativas de paralelismo sindical que se han levantado por décadas en el mundo del trabajo como mecanismo para dividir y debilitar. En la unidad y en la ética está la principal fortaleza de la actividad sindical. Tenemos el deber de defender la libertad sindical, entendida como un derecho que forma parte de los valores centrales de la Constitución de la OIT, la Declaración de Filadelfia y la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo (1998). Solo así, desde un sindicato que es heredero y constructor de aquello que nos enorgullece, que es autónomo, que nace como expresión genuina de los anhelos laborales y profesionales de los pilotos, es como podemos construir una relación sana, vital, equilibrada, honesta y moderna con nuestra empresa.
Vuelvo a lo que nos plantea la propia OIT como hoja de ruta: la existencia de organizaciones independientes de empleadores y empleados contribuye a la existencia de interlocutores bien definidos para el diálogo, la negociación y el progreso armónico y democrático de las comunidades. Los invitamos, con sereno optimismo y con total confianza en el valor y decisión de cada uno de ustedes, a sumarse al Sindicato de Pilotos de Latam.
Mario Troncoso
Presidente Sindicato Pilotos Latam
Desde el Círculo de Pilotos al SPL: 60 años de sueños y conquistas